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jueves, 29 de junio de 2017

Convocatoria: Este jueves un relato "Escoge una y cuenta"


Los dos estuvieron de acuerdo en tomar ese atajo clandestino, aún a sabiendas de que iba a ser un camino huérfano de destino. Se tomaron de la mano y avanzaron entusiasmados por los escarpados terrenos que se iban presentando.
Miles de veces pensaron en abandonarlo, miles de veces sus  manos casi se sueltan, pero lo que nunca se soltó fueron sus miradas y eso era suficiente para volver a caminar. El amor era cada vez más intenso, tanto como la necesidad de vivirlo a cualquier precio. 
Pero el tiempo fue desvelando ante ellos el borde en el cual moría el suelo. Ese que tanto habían evitado.
Entonces la semilla de la duda adormecida por la comodidad del terreno conocido, germinó ante lo incierto. Y otra vez las manos comenzaron a soltarse, primero un dedo, después otro, hasta llegar a soltarse por completo, pero aún así llegaron. Acomodaron sus pies sobre el borde, que para uno era un abismo y para el otro un sueño. Ahora solo se trataba de dejarse caer, de jugarse la vida para salvarse de la muerte. Solo se trataba de tomar la decisión correcta y saltar para dejar todo atrás. Y fue ahí, sobre el mismo borde donde decidieron hacerlo. 
Ella saltó primero y mientras caía invitó con  una sonrisa de plenitud a su compañero a hacerlo. 
Pero él no lo hizo. Aferró sus pies al borde, y como pudo, giró sobre sus talones y preso de temores comenzó a retroceder en el sendero. Caminó unos pasos y antes de irse definitivamente volteó para observar lo que había abandonado en nombre de su cobardía. Entonces la vio, elevándose del abismo, la vio llegar hasta el borde y seguir subiendo hasta que sus miradas se reencontraron. Se miraron a los ojos por última vez. Después cada uno volvió su vista hacia las direcciones opuestas que habían elegido. Y ella comprendió allí que él en realidad nunca la hubiese acompañado.  Hay amores que nacen y mueren en la mentira.
Sin mirar hacia atrás, agitó levemente ese hermoso par de alas que la vida le había concedido e inicio el vuelo hacia ese lugar en el que sus sueños renacerían. 
Sindel Avefénix


Más relatos en lo de: CHARO - ¿QUIERES QUÉ TE CUENTE?

Todos los textos que están expuestos en este blog son propiedad intelectual de mi persona y están registrados bajo el nombre Sindel Avefénix. Salvo menciones expresas de otros autores.

miércoles, 21 de junio de 2017

Convocatoria: Este jueves un relato "Caer en la tentación"




La hija del comisario estaba sentada en el primer banco de la iglesia, no había sido muy practicante hasta que llegó el nuevo padre, Pedro, a la capilla del pueblo. Desde ese momento iba a misa siempre. Y mientras lo escuchaba al cura leer los pasajes de la biblia su fuego interior aumentaba. La consumía el deseo por ese hombre prohibido por el cual se dejaría caer en la tentación.  Pero sabía muy bien que eso nunca iba a suceder. Mientras se perdía en sus propias fantasías, el muchacho que estaba sentado a su lado intentaba resistir la tentación de mirarle los pechos prominentes y blancos que se veían a trasluz de su blusa blanca. 
La capilla estaba llena de situaciones parecidas, sexo, envidia, gula y vicios. Todos en el pueblo escondían sus tentaciones y muchos de ellos rezaban para poder vencerlas. Sobre todo el mismo padre Pedro, que desde que había llegado se había sentido completamente atraído por Julia.  Se había dado cuenta de que muchas mujeres lo admiraban por demás, pero la única que se había lanzado a confesar su deseo abiertamente, era justamente la que significaba para él una peligrosa tentación; a la que hacía dos domingos al finalizar la misa y con la excusa de que lo ayudara en la limpieza de la capilla, se había entregado. Al fin de cuentas era humano y Dios sabría perdonarlo. 
Pero ese domingo y después de no haber resistido la tentación de tomarse dos botellas de vino, había alguien que no estaba ahí justamente para rezar. Alguien que esperó pacientemente, escondido en el confesionario a que terminara la misa y cerrara la capilla. Y que vio desde la oscuridad de su escondite que cuando todo eso sucedió; el padre Pedro y Julia desplegaban su deseo en medio de santos y vírgenes, tal como lo había sospechado.
Entonces, Luis, que se había casado hacía años con Julia en ese mismo altar en el que ahora estaba ella con su amante, salió de la oscuridad. Sin darles tiempo a nada los apuntó con el rifle mientras se iba tambaleando al compás del padre nuestro que rezaba. Los miró fijamente  a los ojos desorbitados por el pánico,  y al mismo tiempo que apretaba el gatillo, una y otra vez, caía de rodillas y, completamente desquiciado, finalizaba con énfasis su oración: - Y no nos dejes caer en la tentación, amén.
Sindel Avefénix

Para leer más tentaciones vayan a lo de LEONOR - PLAYA DEL CASTILLO

Gracias, Leonor!





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miércoles, 14 de junio de 2017

Convocatoria juevera "Este jueves, grandes textos"



Este jueves Mónica nos invita a inspirarnos en textos de grandes maestros. Nos ha dado varias opciones para elegir y para escribir, usando alguno de ellos como inspiración. Yo no pude resistirme al texto de mi amado Pablo Neruda. Así que con todo mi respeto hacia tan gran poeta, me he tomado la libertad de escribir este poema inspirándome en sus versos.

"Quiero hacer contigo
lo que la primavera hace con los cerezos."
Es lo que leí en tus pupilas cuando irrumpiste,
o lo que pronunciaron las mías cuando te vi.

Llegaste, desde ese planeta tan lejano
que mis ojos percibían, ya, como perdido.
De un recóndito lugar desdibujado de mi universo,
oculto ante mis sentidos desde que lo deshabité.
Irrumpiste, invitando a mi integridad desintegrada
por los vaivenes de los fracasos adquiridos,
y tentaste a mi coraza de recelos a desbaratarse
obligando a mi anestesiado corazón a resurgir.

Y yo, que había clausurado todas las puertas,
todas las ventanas y todo haz de luz posible
que me trajera, apenas, un esbozo del amor,
 apabullado por el destello que irradiabas,  cedí.
La venda de mi desconsuelo cayó a mis pies
para desplegar ante mí  tu perfecta geometría
y mi inmediato deseo de cada vértice de ella,
y de cada rincón inexplorado de tu esencia.

Sentí tus manos temblorosas al acercarse,
 tus preciosas curvas que al contacto se expandían,
mientras nuestras células renacían como pétalos
blancos, tersos, entregados al rocío de primavera.
La atmósfera se pobló de mariposas plateadas,
que bordaron con el fulgor de sus inocentes alas 
una constelación brillante que germinó en mis retinas,
opacando el dolor profano de los antiguos estigmas.

Ya mis argumentos para la huida se han extinguido,
la sinfonía de tus suspiros apuntalan mi estadía,
mi permanencia es inminente y se va alimentando
del perfume desafiante que emerge siempre de tu piel.
Entonces, me entrego a la plenitud de tenerte y retenerte,
impregnando mi aura con la paz de tus caricias
y anido mi ser colonizado en el hueco de tu pecho,
refugio palpitante de tu sangre comulgando con la mía.

Y sé, por fin, que quiero macerar aquí mi existencia,
donde tu abrazo es la fuente vital de donde mana
el dulce zumo que mis viejos temores aplaca,
y que nutre de esperanza cada instante por vivir.

Sindel Avefénix



Para leer más grandes textos visiten la casa de: MÓNICA- NEOGÉMINIS


Gracias Mónica!




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